Translate

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Tavistock: cómo definir el guión de nuestras vidas

Cuando hablamos de control mental de la sociedad, en lo primero que pensamos es en los proyectos que supuestamente ha llevado a cabo la CIA para intentar controlarnos a todos, (MK ULTRA, MONARCH, etc..). Pero, ¿y si os dijeramos que hay un organismo estudiando continuamente nuestra mentes...?



El Instituto Tavistock, es un organismo real situado en Essex, al este de Londres (Inglaterra). Considerado el máximo centro mundial de control mental, fue creado durante la Segunda Guerra Mundial bajo los auspicios de la familia Rockefeller, aunque como clínica ya existía desde los años veinte. El instituto buscaba (y sigue buscando) controlar el destino a nivel mental de todo el planeta y cambiar de paso, el paradigma de la sociedad contemporánea.



Pero cuando hablamos del instituto Tavistock, hay que recordar a Daniel Stullin, ex agente de la KGB y periodista de investigación, puesto que gracias a su libro "El Instituto Tavistock", nos desvela numerosos detalles de este organismo, y la forma que la élite tiene de controlar nuestra sociedad. “Todo lo que ha habido, desde la Nueva Izquierda hasta el Watergate, Vietnam, los Papeles del Pentágono, el movimiento hippie, el movimiento contra la guerra y la contracultura de las drogas, el rock y el rap, han sido proyectos de ingeniería social planificados de antemano”, asegura Estulin.

Prestigiosos sociólogos, psicólogos, psiquiatras, antropólogos e intelectuales trabajan intensamente desde hace décadas para someter a la población mundial a los intereses de una élite integrada por poderosos miembros de la oligarquía. John Rawling Rees, maestro de la guerra psicológica, Kurt Lewin, padre de la dinámica de grupos, y Aldous Huxley, autor de "Un mundo feliz", fueron algunos de los ideólogos que a mediados del siglo XX dieron forma a las técnicas de manipulación psicológica de Tavistock. En los albores de esta conspiración tampoco faltaron, ( como no ), destacados científicos nazis que compartieron con el instituto Tavistock las estrategias de control mental que habían desarrollado durante el régimen hitleriano. Algunos programas incluso llegaron a trabajar el comportamiento de la personalidad en soldados y civiles, desarrollando personalidades multiples.

Pero en su libro, Estulin no se limita a mostrarnos el alcance de las estrategias de ingeniería social creadas en Tavistock, también nos da ejemplos concretos y nos enseña cómo combatir su influencia.



Las drogas y la música han sido, desde los rituales primitivos, los métodos más efectivos para aturdir a la población y hacerla obedecer los designios de los poderosos. Según Estulin, el Festival de Woodstock fue una gigantesca operación de control mental orquestada por Tavistock y el FBI. Medio millón de jóvenes consumió durante tres días sustancias alucinógenas seleccionadas por los científicos de Essex y escuchó sin descanso canciones cargadas de mensajes subliminales. El resultado: toda una generación de norteamericanos dispuesta a dejarse conducir dócilmente según los intereses de una élite de multimillonarios durante el resto de sus vidas. El autor analiza a estrellas como Rihanna, Eminem, Britney Spears, Prodigy, Lady Gaga o Fatboy Slim para poner en relieve la abundancia de mensajes subliminales en sus discos. La silueta del diablo, la imagen masónica del tablero de ajedrez y la figura de la mariposa (en alusión al programa Monarch de control mental) se repiten una y otra vez en los videoclips, mientras que las letras de las canciones repiten incesantemente consignas secretas.

Tavistock ha favorecido el auge de géneros musicales como el rap (repetitivo y fácil de asimilar) en detrimento de otros más artísticos y difíciles de controlar como la música clásica o el jazz. Sin olvidarnos de la poderosa y manipuladora industria del cine y la televisión, preparada para lanzar sus mensajes a diario, donde encontramos “perversos” productos infantiles como Barrio Sésamo o el Club Disney.



Lamentablemente, se ha llegado a una situación de “control total” en el que casi nada es lo que parece y donde las libertades de los ciudadanos y del ser humano en general están en vias de extinción. Parece que desde hace años solo importan los deportes de masas, aparcando la cultura, la inteligencia y sobre todo, el crecimiento personal de cada individuo, a un segundo o tercer plano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario